Manuel Bohórquez: Con tantos años de artista, suponemos que tocar en un evento como la Bienal de Sevilla, será pan comido...
Manolo Sanlúcar: No crea. Es una gran responsabilidad para mí. Sobre todo si me ha tocado ser el protagonista de esta Bienal o uno de los protagonistas. Lo digo por lo del homenaje de la gala inaugural.
M.B. ¿Qué desea para ese día?
M.S. Que me coja como los días buenos de Curro Romero; en eso, al menos, creo que me parezco bastante a Curro. La inspiración es fundamental y no siempre la encontramos en un escenario.
M.B. Y en eso, ¿qué factores influyen si puede saberse?
M.S. Casi nunca depende del toro, sino de uno mismo. Todo está en uno mismo.
¿Se siente profeta en Cádiz, su tierra natal?
M.S. Ni mucho menos. Es donde menos siento el cariño, exceptuando Jerez, ciudad de Cádiz a la que le tengo un gran afecto y mucho que agradecer.
M.B. ¿No se siente reconocido en Cádiz, con la salvedad de Jerez?
M.S. Cuando le dieron el Príncipe de Asturias a mi compadre y admirado Paco de Lucía, el que más se alegró fui yo. Es el máximo galardón que España puede darle a un artista. Después, la Universidad de Cádiz lo nombró Doctor Honoris Causa, despreciando mi labor por el flamenco y todo lo que he aportado a nuestra cultura. Ese premio tenía que haber sido para mí y no para Paco.
M.B. ¿Se siente despreciado en Cádiz, entonces?
M.S. Por supuesto. Estoy cansado de que reconozcan todos los méritos de mi compadre Paco de Lucía, y a mí ninguno. Y cuando quiera el que quiera, ponemos sobre una mesa lo que ha hecho Paco y lo que he hecho yo.
M.B. ¿Podría argumentarlo?
M.S. Paco de Lucía no ha dado una clase de guitarra en su vida, y yo llevo más de treinta años dando cursos internacionales, investigando, enseñando, luchando por la guitarra y por el flamenco. Para esos cursos, el sistema tuve que crearlo yo mismo. Y soy el único flamenco que ha escrito un libro sobre la guitarra, pero no sobre la historia, no; sobre la música de la guitarra flamenca, su gramática y su constitución, para que pueda entenderlo cualquier músico del mundo.
M.B. ¿También ha creado escuela, como Paco de Lucía?
M.S. He creado a varias figuras de la guitarra flamenca actual, a las que he tenido en mi casa sin cobrarles un duro. Y Paco sólo ha creado imitadores, porque él no se ha encargado nunca de explicar cómo es su toque, por qué toca como toca, cómo son las cosas de la guitarra flamenca. Por eso sólo ha creado imitadores que no saben razonar lo que hacen. Mis discípulos sí saben razonar lo que hacen porque yo no les he enseñado mis falsetas, sino a que conozcan la música de la guitarra flamenca para, luego, crear su propia personalidad.
M.B. ¿Cree que Paco es responsable de que sólo haya creado imitadores, según dice?
M.S. Él ha ido a realizarse como guitarrista y lo han seguido muchas personas. No es su responsabilidad. Pero a él no le ha dado la gana de enseñar a la gente. Yo sí lo he hecho y lo sigo haciendo, aunque no se me reconozca. Y no he recibido ni un solo gesto de afecto de Cádiz, si realmente Cádiz me tiene algún afecto. Es la primera vez que digo esto y que me defiendo públicamente, pero es que estoy cansado; soy un guitarrista de más de 60 años, y un tío por derecho. Y estoy cansado de muchas cosas.
M.B. Todavía es joven y puede recibir el reconocimiento que muchos creemos que merece.
M.S. No lo quiero. Aprovecho esta entrevista para decirle a Andalucía que es el último homenaje que acepto. Que a nadie se le ocurra llamarme para darme un homenaje, que ya está bien.
M.B. ¿Sería capaz de calmarse y hacer balance de su carrera?
M.S. El balance es positivo, porque la vida me ha permitido lo que quería hacer. Ha sido a cambio de mucha dedicación, de sacrificarme yo y sacrificar a mi familia. Pero la guitarra me ha recompensado por todo eso.
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