miércoles, 2 de febrero de 2011

A los dos días de ser absuelto de un asesinato

José Carnero le dijo esto a un periodista de La Voz de Galicia poco después de ser absuelto del asesinato de Pilar Palacios, una prostituta a la que contrataba habitualmente.

-¿No le da apuro vivir aquí después de lo que pasó?

-Algo sí.

-¿Esperaba la absolución? ¿Esperaba que esto acabara así?

-Sí.

-¿Por que? ¿Estaba tranquilo? Tenía claro que...

-Tranquilo, sí.

-¿Que le parece que pasó aquí, entonces? [El día en que se cometió el crimen y en vista de que él siempre dijo no saber quien había matado a la víctima]

-Es que yo la maté. La traje a casa... y después la maté.

-¿Que la mató usted?

-Sí, sí.

-Pero... eso no fue lo que dijo el jurado al final.

-¿Cómo que no lo dije al final?

-Usted al final quedó absuelto por eso. El jurado dijo que no había pruebas de que hiciera eso que dice.

-Claro que no hay pruebas, pero hacerlo lo hice.

-¿Y por que lo hizo?

-...

-¿La conocía de hace tiempo?

-Por lo menos hace quince años.

-¿Y que pasó, por qué lo hizo? ¿Discutió con ella? ¿Ella le dijo algo?

-No, no. No discutí con ella. El que pasó no lo sé.

-¿Recuerda bien ese día?

-Me acuerdo, me acuerdo. Sí, sí.

-¿Y me puede contar cómo fue? Lo que pueda, hasta donde pueda.

-Yo contar puedo contar todo. Pues la traje, hice el amor con ella y después la llevé a la cuadra. Le dije que le iba a dar aguardiente... y la maté.

-Y después marchó y listo.

-Marché en mi coche para Pontevedra. Antes de llegar a Pontevedra estuve a punto de hacerme trizas.

-Tuvo un accidente.

-Sí.

-Lo que pasa es que a la Guardia Civil y al juzgado siempre les dijo que no, que usted no había sido. ¿No?

-No, no... Les dije que había sido.

-¿Les dijo que había sido usted?

-Sí, yo dije que había sido. Hombree, yo sé que fui, ¿no?

-Pero en el juicio, desde luego, no dijo que había sido usted, ¿no?

-Ah, no. Y nadie me lo preguntó tampoco.

-¿Y que ha pensado hacer ahora? ¿Seguir con su vida?

-Sí.

Carnero asegura que aquel día no había bebido alcohol ni había dejado la medicación psiquiátrica que a día de hoy aún toma.

-¿Usted había bebido?

-No, no, que yo no bebo alcohol. No puedo, que ando tomando unas pastillas y...

-¿Y como le dio por ahí?

-La cabeza...

-¿Y ha pensado ponerse en contacto con la familia de ella para pedirles perdón directamente?

-Yo que sé... No lo sé.

-Decía que le ofreció aguardiente y que le dijo que bajara... ¿Y fue en la cuadra?

-Así es.

-Pero ya iba pensando que la iba a matar o...

-No, no.

-¿Ella no le dijo nada?

-Nada. Yo le dije «te voy a matar». Le dije: «me cago en d..., ahora te voy a matar».

-¿Y ella qué le dijo?

-Nada, calló. Y después le debí dar con un hierro, o algo.

-Y por delante, así como estamos hablando usted y yo.

-Sí, sí, sí.

-¿Tenía pensado volver a casa?

-Sí, sí, sí.

-Pero ella iba a estar allí muerta.

-Ah, pues tendría que ir donde la Guardia Civil.

-A entregarse.

-A entregarme.

-O avisar que había una persona muerta en su casa.

-Sí, sí.

-¿Está arrepentido?

-Sí, sí. Además era una chavala que conocía de hace tiempo, era una buena chavala.

-¿Piensa que no le va a pasar nunca más una cosa así?

-Pienso que no.

-¿Conoce a la familia de Pilar Palacios?

-No.

-¿Y que les diría?

-Pues que me perdonen. No lo hice queriendo, lo que pasa es que yo estaba algo mal de la cabeza.