Enric González, quien no tiene pinta de ser un Bernard de la vida y autor (al menos) de dos grandes libros (Historias de Londres e Historias de Nueva York), recupera en este artículo las andanzas de un periodista amigo del actor Peter O'Toole y de los bares, donde dormía en ocasiones.
Sin llegar a los extremos de Bernard, Felipe González fumando en el Congreso y el agua de fuego en el cajón son ya cosas del pasado.
Recuerdo una investigación a ver quién bebía cerveza en la redacción.
Suscribo el alegato final de Enric González: "Sin gente así, los diarios son más tranquilos. Pero no son mejores".
Un beso a Pedro y Rafael, los mejores, quienes guardaban el champán en la nevera.
3 comentarios:
Te olvidas de Historias del Calcio, su paseo por la liga italiana, que es otra maravilla para enmarcar...
Divorciados, depresivos y dipsómanos, que decía Leguineche. O disléxicos, según las distintas versiones.
Enric es un grande. Yo intuyo que además es un poco dipsómano, por más que vaya de juzgador independiente. En fin, aquí te dejo la dirección de mi blog, que comparto con mi amigo Alberto, otro dipsómano, y que sólo tiene un criterio: todas las entradas tienen doscientas palabras exactas. www.doscientas.blogspot).com (Ángel
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