lunes, 12 de enero de 2009

En una aldea se conocen todos



"Ruanda, célebre país de las mil colinas, es, ante todo, el país de una gigantesca aldea.
Tras el genocidio, muchos extranjeros se preguntaron cómo los asesinos, que fueron muchísimos, reconocían a sus víctimas entre el desbarajuste de la matanza, ya que los ruandeses de ambas etnias hablan la misma lengua sin variantes, viven en los mismos lugares y se diferencian por unos rasgos físicos que, aunque puedan llamar a veces la atención, son muy aleatorios.
La respuesta es sencilla: no era necesario que los asesinos reconocieran a las víctimas, puesto que ya las conocían. En una aldea se sabe todo".

Jean Hatzfeld. Una temporada de machetes. Anagrama.

1 comentario:

Unknown dijo...

Fabuloso ese libro. Saludos