Todo es mentira. Manuel Bohórquez, el gran maestro, purista, dicen, me dijo en similares términos a estos: "Morente es el que más me gusta". Probablemente el mejor es una palabra muy poco flamenca y google-internet no existía cuando Bohórquez, me quito el sombrero, escribió sus mejores crónicas (Vino a mangar y se fue con el público metido en la chistera). Otra vez me dijo, después de comer en el manuela, y a requerimientos míos: "Las lentejas no estaban muy flamencas". Se cuenta, y cuento yo, nunca lo escuché de su boca, que estaba un día en el andamio, literalmente, cuando, después de haber tratado de quemar una furgoneta de reparto del ABC, frustrado por no poder quemar el ABC, le increpó un flamenco, una mano sobre la puerta abierta del mercedes, la otra - se supone- en los cojones, en parecidos adjetivos: "hijo de puta, vaya crónica de mierda, pero yo me cago en lo más grande, porque yo tengo esto". El flamenco le mostró el mercedes. Fue entonces cuando Bohórquez decidió: A mí me pagan por escribir. Lo conocí, sentado en mi sitio, su sitio. Le dije, con parecidos vocablos: "Siéntate, eres demasiado grande para mí". Me refería a su físico. Luego descubrí que no me refería a eso, sino a su alma. Lo recuerdo vestido de blanco, impecable, flamenco como las lentejas bien hechas, en Casabermeja. Mis erizos dolían.
PD. Esto no es una necrológica, es un homenaje. Bohórquez está vivito y coleando. Confío en que por muchos años.
4 comentarios:
Qué grande Morente, qué grande Bohórquez y qué grande Manuela, que no el manuela! Y tú, tú también.
Ole. Es lo menos que se merece el maestro. Bueno, Boca, mu bueno.
Muy grande, en efecto. Lo hago extensible a José Enrique Morente. (Á)
José Enrique Moreno, quiero decir (Einyel).
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