sábado, 22 de noviembre de 2008

Unas palabras de Mick Jagger y el humor de Keith Richards (la foto es de 1968)




Las palabras que siguen fueron pronunciadas por Mick Jagger en algún momento entre 1969 y 1972, según Robert Greenfield (Viajando con los Rolling Stones, Anagrama, 1977)

"¿Dónde está? En ninguna parte. Ahora no hay más que mucha gente atiborrándose de drogas. Hay que acabar antes que nada con eso. Con la heroína y demás. Si ese es su rollo, si lo que quieren es tomar heroína y barbitúricos y dos galones de algún vino químico, de acuerdo; pero nunca llegaran a hacer lo que yo creí que la gente iba a hacer. No critico que quieran escapar. A tdos nos gusta escapar de vez en cuando, pero uno no se puede pasar la vida así. No puedes borrarlo todo. Porque las cosas vuelven y al final sencillamente te matas a ti mismo intentando borrarlas.
La gente dice que toda esa droga que corre por ahí ha hecho que la gente deje de ser activa... y yo me pregunto ¿qué es lo que hay que hacer? Si es mejor... demonios, me gustaría ser sincero en esto. Yo creo que uno tiene que hacer lo posible porque su país sea un sitio mejor para vivir y para educar a los niños y para pensar, y que sentarse en casa y picarse con heroína y escuchar discos solamente no conduce a nada. Quizás esto esté anticuado, pero hay que coger al toro por lo cuernos y Norteamérica es un inmenso toro, un toro muy jodido... y de cuernos muy sucios".

Keith Richards en 1972, según el mismo libro de Greenfield.

"Terminada la segunda actuación, los Rolling se dirigen rápidamente al aeropuerto para el vuelo de vuelta a Burdank y un fin de semana de conciertos en Los Ángeles. Una alegre y sonriente dama de pantalones cortos, que parece una de esas camareras que quitan el hipo que te encuentras una vez en tu vida en un café de toda la noche, espera a que los Rolling suban a bordo.
–Oye –dice dulcemente a Alan Dunn–, ¿puedo pedirles un autógrafo? Es para mi hija. Le gustan tanto.
Y es tan amable, tan encantadora, hay tal dulzura luminosa en sus ojos que Alan la deja subir al avión.
Y se va directamente a Mick y le dice:
–¿Eres tú Mick Jagger? –y cuando él asiente, saca un montón de papeles del bolso y dice– estoy aquí para presentarte, Michael Philip Jagger, las siguientes... –y lee una lista de citaciones judiciales todas relacionadas con Altamont.
Y luego la dulce dama desciende balanceándose insegura por la escalerilla del avión.
–Él me pegó, me pegó –grita. La sigue Keith Richards, que se queda un segundo al principio de la escalerilla, perfilado por la luz de dentro y luego lanza al cielo un puñado de papeles. Los papeles revolotean y caen esparciéndose por la pista.
–Ese hijo de puta me pegó– grita la dulce dama, inútilmente".

1 comentario:

Unknown dijo...

Están locos estos rockeros